En estos días de navidad, meditando acerca del nacimiento del Niño Jesús, me ha llamado la atención el hecho grandioso de que Dios se haya hecho un niño y de que a lo largo de su vida pública, Jesucristo hubiera insistido en muchas ocasiones sobre la importancia de hacerse como niños para entrar en el reino de los Cielos.
El ser como niño es una de las actitudes básicas para sacar lo mejor de sí (objetivo principal del coaching) y se manifiesta de diversas maneras:
- Se centra en lo que es y no en lo que tiene. Los niños no se preocupan por la imagen que están presentando a los demás, ni por compararse con ningún otro, no les preocupa tener una cosa u otra, juegan con lo que tienen o con quienes tienen al lado. De ahí que nos enseñen que estamos en estado de crecimiento, de perfección, que siempre podemos llegar a ser más de lo que realmente somos en el momento… “La persona humana no es solo lo que ya es, sino también lo que todavía no es, es decir, lo que puede llegar a ser cuando despliegue existencialmente su libertad” (García, 2003, p. 124)… ¿qué quieres en lugar de lo que tienes?
- Los niños tienen una misión en la vida, de la que no son conscientes en el momento, pero que sin embargo, haciendo lo que hacen, pueden cambiar la historia de muchas otras personas ahora y en un futuro. Esa misión se relaciona con un nivel espiritual de la experiencia, el cual “está relacionado con nuestro sentido de ser parte de algo, a un nivel muy profundo, que está más allá de nosotros mismos” (Dilts, 2011, p. 304) y que Bateson denominaba como una Mente Mayor o Dios… ¿cómo afectan tus acciones a tu identidad, a tus creencias, a tus valores y a las demás personas que te rodean?
- Reconoce sus limitaciones y confía en otros. Los niños no tienen la creencia de que no pueden hacer algo, simplemente lo intentan y ya. Si quieren realizar alguna acción, confían en otros y reconocen que requieren de ayuda. El niño no se queda lamentándose de su caída, se levanta y si no es capaz solo, busca alguien que lo pueda levantar, no se queda tirado. … “Cuando no podemos ver por nosotros mismos lo que sucede, necesitamos confiar en alguien” (O’Connor y Lages, 2010, p. 32)… ¿quién o quiénes te pueden acompañar y apoyar en eso que quieres?
- No se victimiza. Cuando alguien le sonríe al niño, este también le sonríe, no piensa en que el otro ha hecho algo en su vida pasada o en la apariencia que este tenga, no se queda prendado a lo que la otra persona le hizo, valora a los demás en cuanto son, no en cuanto poseen o en cuanto han hecho… “Ten siempre presente que no puedes controlar los pensamientos de los demás. así que limítate a cambiar tu y verás cómo, a su debido tiempo, también cambiarán tus relaciones interpersonales” (Edwards, 2011, p. 110)… ¿cuál es el propósito positivo de tus acciones y de las acciones de los demás?
- Vive el presente. Los niños no se centran en el pasado ni en el futuro, solo viven el presente y por lo tanto juegan, se divierten, ríen… “el estrés es causado por estar aquí, pero querer estar allá; o estar en el presente pero querer estar en el futuro” (Tolle, 2012, p. 109)… Si no puedes disfrutar la vida en este momento, ¿entonces cuándo?
Hay mucho que aprender de los niños, aprovechemos esta época para profundizar en las enseñanzas que nos viene a traer el Niño Jesús.
¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO 2018!
Referencias bibliográficas:
Dilts, R. (2011). Coaching, herramientas para el cambio. Barcelona: Ediciones Urano.
Edwards, G. (2011). El triángulo dramático de Karpman. Madrid: Gaia Ediciones.
García Cuadrado, J. Á. (2001). Antropología filosófica: una introducción a la filosofía del hombre. Pamplona: EUNSA.
O’Connor, J., & Lages, A. (2010). Coaching con PNL. Barcelona: Editorial Urano.
Tolle, E. (2012). El poder del ahora. Bogotá: Penguim Random House.